El infectólogo Jorge R. Yunen lanzó una alerta clave sobre los factores dentro y fuera de los hospitales que inciden en la creciente resistencia a los antibióticos y microbios, a la vez que sugirió urgentes medidas que se deben implementar dentro de los clínicas y hospitales, así como exigir controles estrictos en la compra y venta ilegal de medicamentos que se hacen al margen de las prescripciones médicas.
El Dr. Yunen explicó que, si bien la resistencia viral es compleja, es crucial concentrarse en la resistencia microbiana y bacteriana, recordando que “cada hospital tiene un antibiograma y una población, y esos antibióticos funcionan dependiendo de la sensibilidad local que se tenga, debido al uso indebido de antibióticos tras un cultivo”.
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“La diferencia abismal con otros países es alarmante, ya que cuando se está en un hospital y llega un paciente con una infección, por lo cual hay que aplicarle un antibiótico potente, el equipo de infectología da luz verde para aplicar una o dos dosis; luego hay que llamar a un consenso de un programa de antibióticos donde hay un experto que explica si es indispensable continuar con ese antibiótico de amplio espectro, porque luego de darlo mucho provoca una resistencia en el paciente y en todos los que están en ese establecimiento de salud”, detalló el experto.
Agregó que “esto puede causar una cepa superbacteria multirresistente y crear un problema hospitalario grave que hasta puede provocar la evacuación de un hospital completo”.
“Entonces la urgencia de implementar o no ese protocolo en el país es innegable; tenemos que hacerlo porque para certificarnos y tener control de seguridad e infecciones deberíamos todos tener un equipo de antibióticos”, afirmó el doctor Yunen al ser entrevistado en el programa D, AGENDA.
Precisó que la segunda opinión con el infectólogo es casi obligatoria, intangible porque no es pagada, pero reduce drásticamente el nivel de resistencia, tiempo de hospitalización y el reingreso del paciente.
En lo concerniente al protocolo extrahospitalario, el mayor problema es la automedicación indiscriminada, lo que implica medicarse sin receta médica, y usa otro antibiótico, distinto al que se le aplicó al paciente en el centro que estaba hospitalizado.
“Es un grave problema porque ya estamos mezclando sin identificar la cepa, y abusando de antibióticos de amplio espectro, y caemos en el juego de usar antibióticos a voluntad”, lamentó.
Favoreció que todas las recetas sean controladas, lo que no implica que todas deban ser autorizadas por la DNCD, pero se necesita un estricto control en ese sentido.
“Porque tú no te puedes tomar un antibiótico, volver a tomarlo por tres, cinco o siete días, ya que esto agrava la resistencia antimicrobiana global”, advirtió el experto.























