«Los presidentes anteriores de EE.UU. han abandonado por completo esta región estratégica», afirmó el presidente Donald Trump, durante la cumbre celebrada el jueves en Washington con sus homólogos de Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán.
El líder estadounidense calificó la región de «mina de oro inexplorada y estratégicamente clave».
Por ello, Trump acordó con Kasim-Yomart Tokáyev, su homólogo de Kazajistán, la mayor potencia económica de la región, la creación de una empresa conjunta entre Cove Capital (70 %) y Tau-Ken Samruk (30 %) para la explotación del yacimiento de wolframio más grande e inexplorado del planeta, con reservas de 410.000 toneladas de este metal vital.

Tokáyev, quien denomina a los metales de tierras raras «el nuevo petróleo global», apostó por esta alianza para atraer megainversiones, dado que su nación posee importantes yacimientos de minerales estratégicos como rubidio, cesio, litio y berilio, además de ser la mayor reserva de wolframio y una de las mayores reservas mundiales de uranio y cromo.
Estados Unidos y Kazajistán sellaron acuerdos históricos por valor de más de 17.000 millones de dólares, que abarcan el suministro de trenes de vanguardia; 15 aviones Boeing 787-9 Dreamliner; maquinaria agrícola John Deere de última generación y, destacadamente, un megaproyecto para la extracción de minerales de tierras raras esenciales.
Además, Trump reveló en su red Truth Social un acuerdo revolucionario con Uzbekistán para la extracción de tierras raras, con una previsión de inversión cercana a los «35.000 millones de dólares en los próximos tres años, una cifra que escalará hasta los 100.000 millones de dólares en la próxima década», una verdadera megaapuesta.
Según informó el servicio de prensa del presidente uzbeko, Shavkat Mirziyóyev, este país centroasiático -rico en yacimientos de más de 30 metales, incluyendo wolframio, molibdeno, litio y otros elementos cruciales- prevé ejecutar hasta 2028 más de 70 proyectos clave de extracción de materias primas por un valor de 1.600 millones de dólares.
Entre los pactos sellados entre Washington y Taskent se incluye una mega compra de 22 aviones Boeing, piezas automotrices avanzadas, proyectos tecnológicos y vinculados a la industria química.
Tayikistán, a su vez, también selló un importante acuerdo con Boeing para el suministro de 14 aviones, mientras que Turkmenistán y Kirguistán mantuvieron silencio sobre la firma de acuerdos.
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