Escalada militar: al menos cinco aviones de combate F-35 de la Marina de Guerra de Estados Unidos arribaron a la pista del aeropuerto regional José Aponte de la Torre, la antigua base Roosevelt Roads, en el municipio de Ceiba, en el noreste de Puerto Rico, alimentando la tensión en el Caribe. Asimismo, una aeronave Boeing C-5 de las Fuerzas Armadas estadounidenses se divisó en esa misma base, según reportaron medios locales.
Estos aviones se suman al despliegue estadounidense de ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear, cerca de las costas venezolanas, bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas. Una acción que el Gobierno de Venezuela considera como un intento de propiciar un “golpe de Estado” en el país suramericano.
Puede leer: Crisis en Haití: el impacto de la intervención internacional en la violencia
Misiones de vigilancia
El Ejecutivo de Venezuela aseguró el sábado que un “buque de guerra” estadounidense “desplegó dieciocho efectivos con armas largas” y ocupó el viernes la embarcación, donde iban “nueve humildes pescadores” que se encontraban en la “Zona Económica Exclusiva venezolana».
En este contexto, Venezuela ordenó la movilización de buques, el alistamiento de millones de milicianos y un “refuerzo especial” de la presencia militar en cinco regiones costeras del país.
Al recibir esta semana al secretario de Guerra EU, Pete Hegseth, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, afirmó que su Gobierno “está comprometido en esta lucha contra el crimen organizado” y calificó a Maduro, como “jefe de la mafia en Venezuela». Y Maduro exhortó a González a liderar personalmente una posible “invasión militar” contra su país.
 
			








 
    	














