Devastador deslizamiento bloqueó las principales carreteras de Santa Cruz, en St. Elizabeth, Jamaica, transformando las calles en lodazales. Residentes luchaban por salvar sus hogares y pertenencias. El huracán arrancó parte del techo de una escuela secundaria que servía como refugio.
“Nunca había presenciado tal catástrofe en todos mis años aquí”, declaró la residente Jennifer Small.
El miércoles, la magnitud total de la devastación del huracán de categoría 5 permanecía incierta, con apagones masivos y condiciones extremas.
Melissa azotó el martes Jamaica con vientos devastadores de 185 mph (295 km/h), un huracán atlántico
histórico y de fuerza récord, antes de debilitarse y dirigirse a Cuba. Incluso fuera de su trayectoria directa, la colosal tormenta causó efectos devastadores.
Tragedia en Haití: Al menos 23 personas fallecidas y 13 desaparecidas, informó la Agencia de Protección Civil, actualizando el saldo. La mayoría de las víctimas son de Petit-Goâve, donde inundaciones arrasaron decenas de casas. Las cifras de fallecidos y desaparecidos en Haití suelen variar en los días posteriores a desastres naturales.
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En Cuba, autoridades reportaron el miércoles casas colapsadas, carreteras intransitables y techos arrancados, con la mayor devastación en el suroeste y noroeste. Aproximadamente 735.000 personas buscaron refugio en albergues.
“Fue un verdadero infierno. La noche fue espantosa”, compartió Reinaldo Charón en Santiago de Cuba. Este hombre de 52 años fue de los pocos que se atrevió a salir el miércoles, resguardándose de la lluvia con una lona.
En Jamaica, más de 25.000 personas buscaron resguardo en albergues el miércoles, con un flujo creciente de damnificados que perdieron sus techos. Dixon confirmó que el 77% de la isla padecía apagones.
La evaluación de daños se complicó por la “total interrupción de las comunicaciones” en varias áreas, según Richard Thompson, director interino de la Oficina de Preparación para Desastres y Gestión de Emergencias de Jamaica, en Nationwide News Network.
«La recuperación será un desafío, pero el gobierno está completamente movilizado», afirmó el primer ministro Andrew Holness. «Se están gestionando los suministros de ayuda y trabajamos incansablemente para restaurar la normalidad».
Autoridades de Black River, Jamaica, una ciudad costera de 5.000 habitantes en el suroeste de la isla, hicieron un llamado urgente de ayuda el miércoles.
“Lo que vemos es más que catastrófico”, declaró el alcalde Richard Solomon.
Solomon confirmó que la tormenta aniquiló la infraestructura de rescate local. El hospital, unidades policiales y servicios de emergencia quedaron anegados e inoperables. Los almacenes de ayuda también fueron destruidos.
En el suroeste de Jamaica, David Muschette, de 84 años, se encontraba desolado entre los restos de su casa sin techo. «Lo he perdido todo», lamentó, señalando sus pertenencias mojadas y el techo que bloqueaba el paso.
“Necesito auxilio”, suplicó.
El gobierno planea reabrir los aeropuertos de Jamaica cuanto antes, incluso este jueves, para agilizar la distribución de ayuda de emergencia.
Estados Unidos despliega equipos de rescate y asistencia para la recuperación en el Caribe, anunció el secretario de Estado Marco Rubio en X. Funcionarios se coordinan con Jamaica, Haití, República Dominicana y Bahamas.
El superintendente de policía de St. Elizabeth, Coleridge Minto, confirmó a Nationwide News Network el hallazgo de al menos cuatro cuerpos en el suroeste de Jamaica. Otra víctima mortal se reportó en el oeste: un bebé aplastado por un árbol, según el ministro Abka Fitz-Henley.
Antes de impactar, Melissa ya había causado tres muertes en Jamaica, tres en Haití y una en República Dominicana.
En Santiago de Cuba, los residentes iniciaron el miércoles la ardua tarea de retirar escombros y reparar muros tras el impacto de Melissa horas antes.
“Lo primordial es la vida”, afirmó Alexis Ramos, pescador de 54 años, contemplando su casa arrasada y protegiéndose de la lluvia. “Restaurar esto exige mucho dinero, muchísimo dinero”.
Medios locales exhibieron impactantes imágenes del Hospital Clínico Juan Bruno Zayas: cristales rotos, salas de espera devastadas y muros colapsados.
“Una mañana extremadamente compleja”, tuiteó el presidente Miguel Díaz-Canel. “En cuanto sea seguro, comenzaremos la recuperación. Estamos preparados”.
El huracán amenaza con profundizar la ya crítica situación económica de Cuba, marcada por prolongados cortes de energía y escasez de combustible y alimentos.
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba registró acumulaciones de lluvia de 15 pulgadas (38 cm) en Charco Redondo y 14 pulgadas (36 cm) en el embalse de Las Villas.
El miércoles por la tarde, Melissa mantenía vientos máximos de 155 km/h (100 mph) y avanzaba al noreste a 24 km/h (15 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de EE. UU. en Miami. El ojo del huracán se localizaba a unos 175 kilómetros (110 millas) al sur-sureste del centro de las Bahamas.
Michael Brennan, director del Centro Nacional de Huracanes, reportó que la tormenta ya impactaba el sureste de las Bahamas el miércoles. Autoridades bahameñas evacuaron a decenas de personas del extremo sureste del archipiélago ante el inminente arribo de Melissa.
“La tormenta se está expandiendo”, alertó Brennan, indicando que los vientos de fuerza tropical ahora abarcan casi 200 millas (320 kilómetros) desde su centro.
Se proyecta que el ojo de Melissa cruce el sureste de las Bahamas el miércoles por la tarde, provocando una marejada ciclónica de hasta 2 metros (7 pies). Para el jueves por la noche, se anticipa que Melissa pasará justo al oeste de las Bermudas.























