Louis Tomlinson está en la cima y lo demuestra con su nuevo álbum, descrito como «lleno de energía y vibrante». Aunque eventos dolorosos como la partida de su excompañero Liam Payne han sido un reto, también, según EFE, lo han llevado a replantear su visión de la felicidad tras su etapa con One Direction.
«En mi trayectoria en solitario me di cuenta de que buscaba otro significado al éxito, porque lo que antes entendía como tal venía de mi experiencia en One Direction y no sería justo conmigo usar esa referencia», comentó durante una entrevista en Madrid.
Esto viene al hilo del título de su tercer discazo en solitario, ‘How Did I Get Here?’ («¿Cómo llegué hasta aquí?»), una pregunta que admite se ha hecho muchísimas veces, «sin una sola respuesta» más allá de la de su fanaticada, lo que lo impulsa a seguir con su pasión.
«Lo curioso de ir tras tus sueños es que, una vez que logras una parte de lo que anhelabas, te das cuenta de que solo quieres aspirar a más. Es un ciclo inagotable, y claro, lo viví estando en el tope con One Direction», confiesa.
Según él, aprendió que «aunque muchos creen que el éxito es sinónimo de felicidad, definitivamente no es así». «Hay que encontrarla dentro de uno mismo», subraya, antes de añadir: «Yo he descubierto el valor en no solo enfocarme en las cifras, porque eso solo me desanimaría».
«Todo lo que venga por el álbum, su impacto comercial y su alcance, será como un bonus. Pero he descubierto que gran parte de mi verdadero éxito está en sentirme a gusto con la música que creo y ser auténtico con mi sonido. Me siento muy orgulloso de eso», afirma.
Tomlinson (Doncaster, 1991) ha sido lo más transparente posible con su próxima producción, que estrena el 23 de enero. «La razón del retraso es que quería crear un disco bailable, positivo y sin ataduras, pero en mi vida personal no me sentía así todavía», revela.
«El proceso creativo de este disco empezó hace dos años y medio, pero gran parte lo terminé hace siete meses. Me sentía incómodo en las grabaciones cuando no estaba bien conmigo mismo, y me parecía falso escribir temas alegres. Así que tuve que vivir para llegar a ese momento», explica.
Desde que dejó One Direction, su música mostraba dos estilos: uno más roquero y otro con toques electrónicos. Ahora, ha fusionado estos dos universos musicales gracias al productor Nicolas Rebscher.
Esto se nota en su primer palo, ‘Lemonade’, donde colaboró en la composición Theo Hutchcraft, exintegrante de la banda de «synth-pop» Hurts, quien, al igual que Rebscher, le brindó una nueva perspectiva musical, sin ataduras.
«Mi idea con este álbum era crear junto a muchos colegas, no solo con escritores de oficio. Buscaba pasión y dedicación, no solo un fin comercial, y su música realmente conecta con la gente», indica.
Un punto fuerte de estos colaboradores es su sencillez y autenticidad. «Pasar del pop al rock es un reto enorme. Sé lo elitista que es ese ambiente. Ya había algo de eso en la banda, como los que debutan indie y luego critican el pop. Quizás yo fui parte de eso», confiesa.
«Por eso es increíble hallar gente como Theo, con hits y discos probados, que valora el pop en su esencia. Con este álbum, el desafío fue darle un giro fresco al pop, rompiendo con la imagen ‘cursi’ y dándole más sustancia», adelanta.
En abril, Louis Tomlinson aterriza en España para presentar su nuevo repertorio en dos conciertos: el 12 en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el 13 en el Movistar Arena de Madrid, en su esperado reencuentro con un público que lo arropa.
«La vibra ha cambiado mucho en los últimos dos años. Mis shows aquí han sido brutales. Siempre lo he sentido, incluso desde los conciertos de One Direction. La fanaticada española tiene la chispa y energía para un espectáculo», destaca sobre una gira donde, al igual que en el disco, dejará atrás ese «rock melancólico» de tonos oscuros, buscando un ambiente «más vibrante y lleno de color».























