Lo de Bad Bunny no es un concierto es una explosión multicultural… El Conejo Malo convirtió el Estadio Olímpico Félix Sánchez en un punto de encuentro de acentos y banderas durante la primera de sus dos funciones en República Dominicana, el país elegido para el gran inicio de su gira mundial “Debí tirar más fotos”.
Más que un concierto, el espectáculo se vivió como un fenomenal encuentro de culturas, donde multitudes de fans provenientes de distintos países compartieron la energía del artista puertorriqueño.
Personas desde Argentina, Estados Unidos, Brasil, Canadá, Colombia y hasta Europa, viajaron hasta la patria que le abrió las puertas (dicho por él mismo) para disfrutar del primer concierto de su gira mundial del fenómeno Bad Bunny, el llamado “Rey del pop”.
Con una selección de alrededor 30 temas de su repertorio, la mayoría de su más reciente álbum, que lleva el mismo nombre del tour, Bad Bunny estuvo dos horas cantando al ritmo de salsa, reguetón y plena.
“Debí tirar más fotos” evoca la nostalgia y las raíces, esas de las que el artista no se olvida y tampoco olvida que República Dominicana fue la tierra que lo apoyó y lo vio crecer cuando no era la estrella global que es hoy en día.
“Esta noche nunca la voy a olvidar. Siempre lo he dicho sin RD no hubiera Bad Bunny”, expresó en una emotiva intervención con el público presente.
Fue A las 9:57 de la noche el astro puertorriqueño subió al escenario vistiendo traje beige y camisa blanca al ritmo de “La mudanza” luego que se proyectara en las pantallas gigantes
un audiovisual de dos niños recitándolas letras del mencionado tema. Desde ese momento, la energía del público marcó un ritmo que no bajaría hasta el final.
Continuó con sus éxitos como “Callaíta”, (Un verano sin ti) “Pitarro de coco” y “Weltita”, esta última interpretada junto a la agrupación puertorriqueña Chuwi, que también abrió la noche.
El grito de “Gracias por tanto, RD” retumbó, antes de seguir con “Turista”, tema en el que afirmó que el país se siente su verdadero hogar.
La lista de éxitos incluyó “Baile inolvidable”, “Nueva Yol”, “Veldá”, “Si veo a tu mamá”, “Tití me preguntó”, “Neverita”, “La Romana”, interpretadas a lo largo de la noche.
Para esta etapa, el montaje deslumbró con un amplio escenario y pantallas gigantes, que permitieron a los asistentes disfrutar del show desde cualquier punto.
Un “party” de marquesina en La Casita
Uno de los elementos más llamativos e imperdibles fue “La Casita”, una estructura inspirada en una casa típica de Puerto Rico. Esta réplica se hizo popular durante los dos meses de residencia musical que Bad Bunny presentó en la isla bajo el título “No me quiero ir de aquí”. Ahora forma parte esencial del set, convirtiéndose en un símbolo de su profunda conexión con sus raíces y en un puente cultural para el público internacional que presencia la gira. Entre los presentes destacaron figuras como el estelar pelotero de Grandes Ligas, Juan Soto, y el influyente empresario y creador de contenido Santiago Matías “Alofoke”, entre otros.
A mitad del concierto, el artista se traslada a “La Casita” para desatar el perreo y como fue costumbre en sus shows en Puerto Rico, una persona afortunada del público fue elegida para decir “Acho PR es otra cosa”, antes de que el Bad Bunny interprete el tema del mismo nombre.
Incluyó además su repertorio de himnos como “No me conoce” (grabada junto a J Balvin y Jhayco), “Bichiyal”, “El apagón”, “Yo perreo sola” y “Efecto”, completando un recorrido de más de 30 canciones.
Durante el espectáculo, Benito Antonio Martínez Ocasio, el genio musical, alternó entre vibrantes ritmos diferentes resaltando la diversidad y amplitud musical que caracteriza su música.
En el lugar también se destinó un área especial para personas con discapacidad.
De vuelta al escenario principal y con su tercer cambió de ropa, el multipremiado artista, ganador de 12 Latin Grammy, cantó junto a un eufórico público “Ojitos lindos”, “La canción” y “Dákiti”.
El concierto culminó a las 12:15 de la noche con el tema “DTMF” y un emotivo mensaje instando a valorar más a las personas y a disfrutar junto a ellos.
Caos y desafíos para ingresar
A pesar de la apertura de puertas a las 5:00 de la tarde, miles se quedaron fuera temporalmente debido a la frustrante lentitud del proceso para ingresar al recinto.
Las interminables filas persistieron durante toda la noche, generando gran inconformidad y molestia entre los asistentes.





















