Madrid.- Los comentarios de Lamine Yamal y las cuatro derrotas al hilo frente al Barcelona calentaron al Real Madrid, que, impulsado por Kylian Mbappé, Jude Bellingham y Vinícius Júnior, ajustó cuentas con el cuadro azulgrana y se impuso por 2-1 para blindar la punta.
Los hombres dirigidos por Carlo Ancelotti tenían muchos incentivos para llevarse el clásico. Primero, las cuatro caídas seguidas que acumulaba ante el Barcelona; segundo, sumar tres unidades para obtener una ventaja contundente de cinco respecto a su eterno rival; y tercero, poner en su sitio a Lamine Yamal.
Durante toda la semana la Casa Blanca se mantuvo en silencio ante los comentarios del internacional español, que en el entorno desenfadado de la ‘Kings League’ comparó al equipo blanco con el de Ibai Llanos asegurando que «roban y se quejan». Ni Carlo Ancelotti, en la rueda de prensa previa, quiso responderle al internacional español. Prefirió centrarse en lo que iba a ocurrir en la cancha.
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Pero en el camerino merengue le tenían una guardada a Lamine. Una vez finalizado el choque, Carvajal se dirigió al extremo azulgrana con un «sigue hablando» que desencadenó una fuerte bronca a la que se unieron Vinícius y Courtois. Luego, Bellingham, en sus redes sociales, publicó otra frase con la que dejó claro el mensaje: «Hablar es gratis».
Precisamente, el mediocampista inglés fue uno de los más destacados de su equipo.
Volvió a reconocerse la versión estelar de Bellingham, presente en todos los rincones de la cancha, marcador de un golazo, el segundo, y de una asistencia a Mbappé en el primero. Todo eso, más el tanto de Fermín, ocurrió en los primeros 45 minutos, en los que el Real Madrid fue espectacular y combativo.
Más defensivo en la segunda mitad, aguantó el resultado ante la arremetida azulgrana. Incluso Mbappé erró un penal y lo deportivo pasó a segundo plano en cuanto Vinícius inició su ‘show’ con una rabieta épica al ser sustituido por Rodrygo.
Después, se unió al coro que criticó a Lamine, -por cierto, invisible sobre la cancha- y la victoria blanca que ajustó cuentas fue opacada por la bronca de cierre.
En Son Moix, bajo una lluvia persistente, se encontraron Mallorca y Levante, dos equipos que viven en la cuerda floja y siguen sin despegar. Empataron (1-1), un resultado que no da respiro a ninguno pero evita el naufragio.
El día tenía un toque emotivo: era el 55 cumpleaños de Julián Calero, técnico del Levante, que tiene potencia arriba pero sufre cada vez que le atacan.
Su equipo se adelantó gracias a Etta Eyong, delantero que siempre está atento al rebote, pero a doce minutos del final, Maffeo se sacó un golazo de zurda que igualó el marcador.
En El Sadar, una cancha difícil donde nadie había ganado aún este curso, apareció el Celta para romper el maleficio. Ganó 2-3 tras siete empates y dos derrotas.
Budimir, delantero rival, marcó dos goles y erró un penal, mientras que Ferran Jutglà firmó un doblete y Pablo Durán cerró la sentencia en el 87 con un toque sutil tras pase de Iago Aspas.
El Rayo Vallecano y el Alavés cerraron la jornada del domingo con una victoria de los locales por 1-0. El tanto llegó en el minuto 91, obra de Alemao, que acercó a su equipo a puestos europeos (séptimo, a dos unidades del Betis).
El Rayo sufrió para ganar su tercera victoria al hilo y el primero como local. Enfrente estuvo el portero Antonio Sivera, con atajadas cruciales, mientras Isi avisó con un remate al larguero. Finalmente, el cabezazo de Alemao sentenció el marcador y dio a su equipo tres unidades de oro.























