En la intersección de las calles Aníbal de Espinosa y Moca, en el sector Villas Agrícolas, el asfalto está cubierto de negro a causa de la acumulación de aguas negras.
Las aceras y los pisos de las viviendas o negocios del primer nivel conservan el rastro de las aguas estancadas que, según los residentes, desbordan el alcantarillado desde hace casi dos años.
Liliana Reyes atiende un colmado justo en la esquina afectada y comentó que camiones han sido enviados por el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) para succionar el líquido acumulado, que puede durar estancado varios días. Sin embargo, aseguró que el problema reaparece con un simple aguacero y hasta sin llover.
«Cada vez que llueve viene ese mar de cloacas por debajo de la tierra, pero cuando no hay lluvia también sube, no tanto, pero sube», relató.
 
    
Camión del Ayuntamiento succionando las aguas negras.
Las aceras permanecen tintadas por el lodo que dejan las aguas. Aunque el olor no siempre es intenso, los residentes afirmaron que cuando el nivel sube, se percibe un olor insoportable, lo que atribuyeron a conexiones con el sistema de cloacas.
Para evitar que el agua llegue al interior del colmado, Liliana y su familia construyeron un pequeño muro frente al mostrador. Aun así, el negocio sufre pérdidas millonarias durante los días de lluvia porque “nadie se mete a esa agua negra”.
Miguel Ángel Morillo, quien trabaja en el sector desde hace 12 años, explicó que, entre los vecinos hay sospechas sobre la procedencia de las aguas, ya que presentan una capa de grasa tóxica y un olor fuerte a químicos.
“Muchos creen que vienen de las fábricas de por aquí, con descargas industriales”, expresó.
 
    
Residentes deben usar botas para cruzar la calle inundada.
Morillo también denunció que la exposición constante a los vapores tóxicos ha comenzado a afectar seriamente la salud de quienes trabajan o viven en el área, “producto de que cuando esas aguas negras el sol les da, los vapores suben y nosotros los inhalamos», explicó.
Aseguró que ninguna institución ha realizado inspecciones ni análisis de estas aguas para solucionar la grave problemática definitivamente.
Los comunitarios han realizado protestas enérgicas en diferentes momentos, bloqueando calles y quemando neumáticos, aunque las manifestaciones suelen ser dispersadas por las autoridades debido a que la vía es una ruta de desahogo vehicular.
También denunció que, aun cuando no llueve, el nivel de las aguas subterráneas provoca que los inodoros de las viviendas no descarguen correctamente.
 
    
Comerciantes han optado por poner sacos de arena para bloquear el paso de las aguas negras.
Carolina Díaz, también propietaria de un colmado en la zona, explicó que el olor a heces fecales y la presencia de aguas contaminadas la obligan a cerrar su negocio durante los días de lluvia, afectando su sustento.
Además, declaró que está buscando otra vivienda, preocupada por la salud de sus dos hijos. «Cuando llega el agua, viene mezclada con esos residuos tóxicos. Yo tengo que tapar la cisterna para que no se contamine y comprar camiones de agua potable», señaló.
La comerciante aseguró que en ocasiones el líquido desprende un olor nauseabundo similar al del gasoil.
“A veces también se mezcla algo que me huele como a gasoil en el agua y la grasa; ese olor es insoportable”, comentó.
Díaz indicó que han reportado la situación a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), pero que, pese a las constantes promesas de intervención, no se ha concretado una solución definitiva.
Ese grave problema en la intersección fue planteado por los munícipes cuando se realizó “LISTÍN en el barrio” en ese sector de la zona norte del Distrito Nacional.
También aquella vez se prometió una solución, pero hasta ahora los urgentes reclamos de los moradores siguen sin ser atendidos.
 
			








 
    	














